viernes, 20 de julio de 2007

Crónica: "Il Barbiere di Siviglia" en Bellas Artes

El principio de la anécdota
En una visita al recinto operístico más importante de la ciudad (el Palacio de Bellas Artes) hace poco mas de un mes, me informaron la grata noticia de la presentación del espectáculo, el cual, por supuesto no podía perderme, y fue en el marco de una tarde soleada, engalanada por triunfos futbolísticos mexicanos, en el siempre bello centro histórico de la ciudad, que las luces se desvanecían dentro del teatro para recibir con un aplauso a Marco Balderi, quien, a la batuta de la "Orquesta del Teatro de Bellas Artes", tendría a cargo ofrecer una tarde memorable a la abarrotada sala; la maravillosa obertura fue interpretada con sutileza y vivacidad requerida, aplaudida por el público para dar pie al primer acto.

La Ópera
Primer Acto, Cuadro Primero
Al levantarse el telón apreciamos una escenografía moderna, de formas anguladas, trazos diagonales, pero sobre todo pudimos disfrutar de un montaje innovador, evocando los años sesenta, en el cual la entrada del conde de Almaviva fue adornada por un bonito FIAT, a la luz del cual entonaba Rogelio Marín un pulcro "Ecco, ridente in cielo", el cual, seguido por el tumulto (y el respectivo aplauso), dio paso al personaje favorito de muchos, el carismático Fígaro, el barbero y su aria "Largo al factotum" en la cual apreciamos a un George Petean de grandes cualidades vocales, entendiendo todos el por qué de su próximo debut en el Met, y mostrándonos un Fígaro algo diferente, de traje color turquesa, zapatos de charol (de Pachuco diría mi madre), acompañado por una coreografía de pandilleros y un gendarme vigilando las actividades poco usuales del grupo en cuestión, posterior a la intro de ambos personajes, mostraron agradable química en el dueto "All'idea di quel metallo" y en la serenata para Rosina con la que se cierra la primera escena.

Primer Acto, Cuadro Segundo
Hacía su primera verdadera intervención en esta ópera la afamada Rosina, interpretada en esta ocasión por la mexicana Carla López-Speziale, a quien tuve la oportunidad de escuchar como "La Musica" en la decepcionante versión orquestal de L'Orfeo presentada meses antes en el mismo lugar, y a quien espero ver con cierta ilusión desempeñarse en la novena sinfonía de Beethoven en septiembre; "Una voce poco fa" creo que le quedó un poquito grande, si bien mostró la soltura vocal adecuada, y el inteligente fraseo (elevado al máximo a mi opinión por la Bartoli y por Teresa Berganza) pienso que no tuvo el adecuado control de su volumen (no solo en esta aria), pues si bien procuró mantenerse con apropiado control de su instrumento, en ciertos pasajes quedó silenciada por la orquesta y emitía atronadores agudos en otros, por lo demás, ¿Qué puedo decir?, una bella mujer entonando aceptablemente una bella aria siempre será aplaudida; la escenografía mostraba la misma tendencia modernista y agradable, enmarcando un cuarto de paredes transparentes donde se llevaba a cabo la acción, ahora hacían su aparición el doctor Bartolo y don Basilio, con la poderosa aria de la calumnia, a la voz del bajo mexicano Rosendo Flores, que, en traje rojo, cual moderno Mefistófeles, hizo una magistral interpretación de "La calunnia è un venticello", imponiendo su voz muy correctamente sobre la orquesta. La escena de Fígaro con Rosina fue agradablemente desarrollada por los intérpretes mencionados para dar paso a los celos del doctor Bartolo y su "A un dottor de la mia sorte" otra aria en la que a pesar de la magnífica actuación del catalán Enric Serra, el volumen de su voz dejó que desear, no quitando, por supuesto, el atractivo propio de esta parte, la última escena fue en verdad fenomenal, con un Almaviva ataviado con un atuendo muy al estilo de "In the Navy" haciendo muy bien el papel de soldado ebrio, en el que por supuesto se notó acoplamiento con su pareja y la buena actuación de Serra; poco a poco fueron entrando los demás personajes al tumulto, incluidos los pandilleros de Fígaro que no se cansaron de hacer show (muy cómico por cierto), el "desastre" fue rubricado por la llegada del regimiento de soldados, mejor dicho, de bomberos, ¡sí!, bomberos, que irrumpieron con todo y coreografía para concluir, entre ovaciones, con el divertido acto.

Segundo Acto, Cuadro Primero
Las sorpresas no cesaron, pues la entrada de "don Alonso", impecablemente entonado por Marín (que se mantuvo muy constante en toda la presentación), se hizo predicando realmente la paz, pues mientras el disfrazado Almaviva, con indumentaria digna de Jimmy Hendrix, entonaba el "pace e gioia", un desfile de hippies (el Dalai Lama, y sus estrellas de la paz incluidos), invadía la casa del doctor Bartolo, para dejar el sintetizador (que supuestamente debería ser un clave) decorado con graffiti fosforescente, listo para la clase de música. Por supuesto, Rosina aparece para entonar el "Contro un core" mucho más balanceado en volumen, a la luz de una esfera de discoteca ochentera, el doctor, que estaba dormido, despierta para cantar su conservadora parte, pero es interrumpido por Fígaro para dar entrada a la enredada escena donde el supuestamente enfermo don Basilio llega a la casa como vendabal para descomponer todo el plan inteligentemente trazado por los camaradas Fígaro y Almaviva, pero he de decir una vez más que la actuación de esta escena fue muy bien lograda. En el pequeño inter, Berta, interpretada por la mezzo mexicana Gabriela Thierry, narra la situación en el aria "Il vecchiotto cerca moglie", quejándose de la juventud desenfrenada mientras un pandillero la acecha, por supuesto, muy bellamente cantada.

Segundo Acto, Cuadro Segundo
Para la escena final, se observa al "Almaviva-Fígaro's Team" a toda velocidad en su FIAT para llegar a la casa del doctor y toparse con la sorpresa de la boda entre Rosina y don Bartolo, resuelta, por supuesto con la revelación de identidad del conde, el cual, por supuesto se siente conmovido porque Rosina se enamoró del pobre Lindoro y no del opulento conde de Almaviva, ya sobre el final de la ópera, el dueto de Rosina con Almaviva fue muy equilibrado musicalmente, de gran entendimiento entre los cantantes para lograr una gran culminación que reflejó lo que en resumen fue la representación: Un hermoso y original espectáculo.

Comentarios
A pesar de no contar con un reparto de renombre como el utilizado en el Metropolitan Opera House el mes de marzo, cuando presentó esta misma obra (con un elenco encabezado por Peter Mattei como Fígaro y el gran lírico ligero peruano, para mi el mejor de la actualidad, Juan Diego Flórez), fue sin duda una función muy a la altura de lo que el público seguidor de la ópera queremos ver MUCHO más seguido en nuestro recinto operístico, ojalá sigan presentando este tipo de obras, conocidas por el público para después alternarlas con otras más elaboradas que muchas veces sólo el operamaniaco conoce y tener un público de todo tipo en este gran evento cultural llamado ópera.

En fin, debo decir que Balderi al frente de la orquesta del palacio estuvo muy bien, muy mesurado y sacándo chispas a la orquesta para lograr momentos mágicos coronados por el gran montaje prestado por el Teatro Colón de Argentina, y que conste que no soy fan de los montajes alternativos, pero este fue muy original, divertido, por no decir genial.

Recomendaciones
Ya para cerrar con el barbero hasta otra ocasión, quisiera hacer la recomendación de discografía, yo cuento con solamente 3 versiones en audio de esta ópera, de las cuales me parece muy hermosa una de Deutsche Grammophon, con el gran tenor rossiniano (y lírico en general) por excelencia, curiosamente también peruano, Lugi Alva como el conde de Almaviva, de fraseo elegantísimo e impecable, Hermann Prey, experto en el papel de Fígaro, de gran carisma y dote musical, asi como la excelente mezzo española Teresa Berganza, que hace gala de su gran versatilidad en el papel de Rosina, los acompañan Enzo Dara, que hace un estupendo Bartolo y Paolo Montarsolo, igualmente correcto en el papel de Basilio, la Filarmónica de Londres a la batuta del gran Claudio Abbado completan el reparto; en DVD también recomiendo prácticamente esta misma versión, en la que sólo cambia la orquesta por la del Teatro alla Scala, montada al modo tradicional por Jean Pierre Ponelle, en verdad un gran deleite para quien quiere conocer (o quiere adquirir una buena grabación) esta magnífica obra, por supuesto, hay muchas grabaciones muy bellas, con muy grandes intérpretes e igualmente valiosas, en fin, ahora sí me despido, hasta la próxima y de nuevo agradezco a quien haya tenido la paciencia de leerme, reiterando que cualquier tema para tópico es bienvenido.

lunes, 9 de julio de 2007

Il Barbiere di Siviglia

Intro
Así es, el famosísimo "Barbero de Sevilla" o "La inútil precaución" es la obra presentada por la Compañía Nacional de Ópera en este mes, una obra preciosa, quien la conoce no me desmentirá, por ello he decidido abrir este espacio con un comentario sobre esta ópera en dos actos escrita por Gioacchino Rossini.

Sobre esta ópera....
Antes de hablar sobre tal anécdota, me permito resumir un poco esta obra; como decía, se divide en dos actos, y está basada en la comedia homónima de Pierre August Caron de Beaumarchais, la cual tiene tres episodios, este es el primero, el segundo probablemente lo conozcan, pues lo plasmó en este mismo arte el genio de genios, Wolfgang Amadeus Mozart con sus "Bodas de Fígaro", en fin, la obra se estrenó en 1816 el Teatro Argentina de la ciudad de Roma, sí, el mismo que visitaba el conde de Montecristo en la apasionante novela de Alexandre Dumas, en nuestro país se disfrutó por vez primera 11 años después. La obra es de carácter bufo, es decir, el tema es gracioso, en contraste con lo dramático, incluso trágico que compone la mayoría de las óperas, los personajes principales son: El conde de Almaviva (tenor), Rosina (mezzosoprano), Fígaro (barítono), doctor Bartolo (bajo) y don Basilio (bajo); la historia se sitúa en la hoy ciudad de Sevilla, y es precedida por una famosísima obertura que la mayoría ubicará por un capítulo clásico de Bugs Bunny contra Elmer Fudd llamado "The Rabbit of Seville", que incluso se considera uno de los mejores capítulos de la historia de los dibujos animados.

Primer Acto, Cuadro Primero
La primera escena se desarrolla en las calles, donde en el inicio observamos el arribo del conde junto con un séquito de músicos para ofrecer una serenata a Rosina "Ecco, ridente in cielo", la melodía es francamente hermosa, requiriendo grandes cualidades de tenor lírico ligero para explotar su belleza, a pesar de esto, Rosina, de quien el conde está enamorado, no aparece en el balcón, pero el alba despunta ya, la ciudad está a punto de entrar en actividad y el primero en hacerse presente es el barbero, Fígaro, con un aria "Largo al factotum", simpática, sincera (que también muchos pueden ubicar por dibujos animados, una caricatura de un perro barítono con el cual un mago se divierte ridiculizando en pleno recital) en la cual se engloba todo lo que este personaje representa, el "mil usos" de la ciudad, aquel que está en boca de todos y conocedor de la vida citadina, entonces Almaviva se revela como su antiguo patrón, recurriendo a la ayuda del barbero para su aventura amorosa, este accede en espera de recibir una cuantiosa y metálica recompensa "All'idea di quel metallo", un gracioso dueto en el cual se trama todo el plan para robar a Rosina de su tirano tutor (el cual incluye un pseudónimo: "Lindoro", hacerse pasar por pobre, entre otras cosas), el doctor Bartolo, un vejete que quiere desposarla para robar su dote, asi se cierra el telón para dar lugar a la segunda escena

Primer Acto, Cuadro Segundo
En la habitación de la bella dama, que abre entonando una versátil aria "Una voce poco fa" con la cual deja ver sus sentimientos e intenciones para con el amado, entre tanto, le escribe una carta a "Lindoro" y entra en escena Bartolo, quien inmediatamente se descubre como una persona extremadamente celosa, a lo cual su amigo, el profesor de música de Rosina, don Basilio, aconseja efectuar una calumnia contra el conde, del cual se dice ha estado rondando la casa, en un aria "La calunnia è un venticello", una poderosa pieza para bajo, oscura, malévola, genial, pero el doctor no se muestra entusiasta y ambos camaradas abandonan la escena para dejar el encuentro de Rosina con Fígaro, el cual, en su papel de "matchmaker" convence a la dama de la sencillez de Almaviva, ella responde entregando la carta escrita con anterioridad; Bartolo entra en la habitación haciendo una nueva escena de celos, Rosina intenta engañarlo, pero este, en un alarde de vivacidad, entona el aria "A un dottor de la mia sorte" de gran destreza vocal por la rapidez de entonación, en donde sencillamente amenaza en encerrar a Rosina por intentar salirse con la suya. Después de un pequeñísimo break encabezado por la ama de llaves, se abre la puerta para dar paso al conde, cuyo plan consistía en un disfraz de soldado, hacerse pasar por ebrio y presentar un pase de hospedaje al doctor, el cual rechaza con una carta que lo exime de dicho deber ciudadano, esto provoca la ira del conde (que ya había entregado una carta a Rosina), ante el alboroto, al cual se suman más y más personas (incluidos Fígaro y Basilio) entra la guardia de la ciudad, que intenta arrestar al conde, quien una vez más utiliza el recurso económico para librarse de aquello, en medio de la confusión, termina el primer acto.

Segundo Acto, Cuadro Primero
Comienza con un furibundo doctor Bartolo, quien, a base de contactos se entera que en el regimiento entrante a la ciudad, nadie conocía al soldado que le exigió hospedaje; entre quejas, es turno de otro intento por parte del conde para acercarse a Rosina, pues entra disfrazado de maestro de música, fingiendo ser discípulo de don Basilio, y diciendo que este último se encuentra enfermo, razón por la cual lo envía en sustitución para la clase, además, para eliminar cualquier sospecha del viejo, Almaviva le muestra a don Bartolo una carta dirigida a si mismo (recordemos que Basilio había informado a Bartolo acerca del conde) evitando así que don Bartolo salga en busca del maestro, en una divertida escena, Almaviva disfrazado como don Alonso, imparte la clase a Rosina (que es, por cierto la bella aria de la inútil precaución o "contro un cor"), la cual resulta aburrida para Bartolo, momento en el cual, al entonar una melodía de su agrado, Fígaro irrumpe en la casa para afeitar al doctor (en realidad para distraerlo y hurtar la llave del balcón de Rosina) mientras los enamorados planean la huída nocturna, pero aparece el supuestamente enfermo don Basilio, Almaviva lo soborna para volverlo cómplice del momento y después de mucho trastabillar, sale de escena para deleite de todos los personajes, no sin antes percatarse don Bartolo del engaño, con lo cual termina un cuadro de este segundo acto.
En un pequeño "break" en el que Berta, el ama de llaves, entona una bonita aria comentando los hechos, mientras don Bartolo planea su boda con Rosina para la misma noche, convenciéndola con el argumento de que su supuesto amante "Lindoro" y Fígaro, el "factotum", son ambos sirvientes del conde de Almaviva, a quien planean entregarla, mostrando la susodicha carta, Rosina cede.

Segundo Acto, Cuadro Segundo
El conde y Fígaro llegan a la casa por la noche, utilizando la llave robada, aquí, Rosina reclama el engaño, a lo cual por supuesto, el conde revela su identidad, el malentendido se aclara, pero ahora el notario está en camino y alguien ha quitado la escalera con la que subieron ambos compinches al balcón, aquí, entra don Basilio con el notario, pero (una vez más) a base de soborno, y por idea de Fígaro, este se presta como testigo para el cambio de planes: La boda entre Rosina y Almaviva, la cual se lleva a cabo para la desdicha del doctor, que acepta la derrota como buen caballero. En medio de un alegre coro de despedida, baja el telón y termina esta preciosa ópera.
En la siguiente entrada del blog ahora sí se hace la crónica de la presentación en el Palacio de Bellas Artes, toda una expriencia en verdad.
Nota: ofrezco disculpas por no escribir nada en este tiempo, pero después de la tormenta llamada exámenes, tengo de nuevo el tiempo y el agrado de poder dedicarme a escribir, gracias por su comprensión

jueves, 5 de julio de 2007

Mensaje de Bienvenida

Primero que nada una breve presentación de quien escribe esto, dirigida sobre todo a quien no me conoce (esperando tener unos cuantos seguidores por supuesto), mi nombre es Eduardo, soy una persona algo difícil de tratar, pero tengo la fortuna de contar con excelentes amigos, me considero polifacético y adoro lo que hago.
Mi carrera es la medicina, no lo menciono mucho, pero insisto, es para quien no me conoce, y tengo muchas, pero muchas pasiones, una de las cuales, como se podrán imaginar, es la ópera, ese maravilloso arte lírico y escénico, ese mundo de riqueza, dulzura, amor, desencanto, pasión, intriga, suspenso, entre tantas otras emociones que representa para mi, ese escape de la realidad. Después de mucho darle vueltas al asunto, decidí crear este pequeño espacio, con el temor de que no resulte, pero heme aquí, dispuesto a compartir muchas cosas respecto a la ópera y a cualquier otro tema, a intercambiar expresiones y opiniones, informar y ser informado, esperando ser de ayuda para quien no conoce de ópera, para quien conoce poco (como yo), para quien conoce mucho tal vez pueda emitir alguna opinión o me pueda corregir errores, pero en general tengo la idea de que se disfrute un poco de lectura y entretenimiento, ahora sí, basta de presentaciones, espero que les guste a todos, hemos comenzado, ¡gracias por su visita!